Carmelo Fernández Vergara
Jesús Bozal Alfaro
La obra artística de Carmelo
Fernández Vergara comenzó su andadura hace muchos años, cuando, siendo todavía
niño, veía a su padre construir sus propios “carros de aguador”. Allí comenzó a diseñar, seguramente, con su
mirada de observador meticuloso, todas las reproducciones, casi siempre en
madera, que acometería mucho más tarde.
Investigador del pensamiento,
Carmelo Fernández tiene necesidad de encontrar, primero, el “objeto”, antes de
materializarlo. Las cualidades de cada artista son casi siempre diferentes a
las de sus antecesores y, por supuesto, a las de sus sucesores. Por eso son tan
difíciles de controlar y de comprender. A veces basta con respetarlas y
admitirlas tal y como son. Solo entonces, se llega a sentir que, detrás de esa
rapidez para el diseño, hay un trabajo previo y solitario que recoge las
enseñanzas de toda una vida.
Desde que terminó su primera
carroza -¿te acuerdas, Manolo?- su colección no ha hecho sino crecer y crecer,
sumando obras y más obras, dignas de ocupar un espacio estable a la sombra,
posiblemente, del viejo, y amigo, cenobio cisterciense.
Carmelo Fernández Vergara se
caracteriza por la utilización adecuada del espacio en cada una de sus piezas.
Sus reproducciones no pretenden copiar el modelo sino descubrir su nueva
dimensión. Inventa, crea. Ahí reside su contribución artística.
En su historial relacionado con la madera,
cuenta con unas cuantas exposiciones y el orgullo de sentir que los demás
admiran-entienden-comprenden-miran uno a uno cada uno de sus trabajos. Por esa
razón, Carmelo Fernández sigue inventando nuevos objetos, a sabiendas de que su
obra no ha hecho sino comenzar.
Su estilo no busca el detalle de las formas
sino las formas de los detalles, que es mucho más difícil. Como los constructores
de la antigua Abadía de Fitero. El artista, como decía Malraux de Picasso, no
busca, encuentra, “ne cherche pas, trouve”.
Así le ocurre a Carmelo Fernández: piensa, realiza y, el producto, es una
creación nueva, limpia, luminosa.
Los motivos en los que se inspira vienen de
muy lejos y perduran todavía. Los aperos de campo fue lo primero que le atrajo.
Tenía que reproducir todo lo que había visto desde niño: el carro de acarrear y
el de paseo; el volquete y el de la vendimia, ..... Luego surgieron las
carrozas: esos otros carros que, tirados por caballos engalanados, portaban
personajes de ensueño. El paso de unos a otras es rectilíneo. La carroza no es
sino una metáfora del carro. La sociedad dividida en dos: la realidad y el
sueño.
A partir de ahí, Carmelo
Fernández pasó a diseñar metáforas de la realidad fiterana: El Humilladero, la
Plaza de Toros, La Fuente del Obispo,... ¿Quién se acordaba de todas esas
cosas?
Y así hasta siempre: primero,
recuperar la imagen pasada y, luego, darle la forma que le corresponde al
futuro. Nada más. Un día, sin tardar mucho, encontrará nuevos modelos para su
creatividad. Habrá llegado el momento de su consagración: la comprensión total
de sus propias dimensiones. Allí estaremos.
La obra que presenta Carmelo Fernández
Vergara en la Plaza de los Absides es la primera que se lleva a cabo en dicho
recinto cisterciense. El silencio de este templo, en el que hemos vivido todas
nuestras tragedias y todas nuestras ilusiones, marca irremediablemente la obra
de cada artista fiterano. De ahí que, las dos obras artísticas (la de madera y
la de piedra), tan importante la una como la otra, se complementen en una
comunión perfecta.
Fitero crece con estos espacios
geométricos, en los que el hombre y el creador han levantado estos edificios
artísticos, alabando sin parar al conjunto natural que lo conforma y a cuantos
creadores han sabido y saben interpretarlo.
EXPOSICIONES
- Pamplona: Casa de Cultura (CAN).
- Los Baños de Fitero.
- Las Casas
- Estella: Pastelería Patxi.
- Zaragoza.
- Exposición colectiva: Carmelo Fernández Vergara, Manolo Frías Pueyo y José Gracia. Ayuntamiento de Fitero, 14 y 15 de agosto de 1988.
- Erakustera – Exposición
Ordizia – Barrena Kultur Etxea
Patrocina: Caja Laboral Popular. Euskadiko Kutxa
Carmelo Fernández “Farruco” va aumentando su colección particular de objetos de artesanía. Después de haber presentado la misma en ciertas muestras, como la de Zaragoza, etc., ahora nos presenta esta curiosa exposición en la que incluye una serie de utensilios agrícolas en uso hasta hace unos pocos años como “El Braban”, “El Rusal”, “ El Aguila”, “El Plané”, y “La Grada”, siempre realizados a escala. También otras curiosidades como la carroza real de Alfonso XIII. El material que emplea es el hierro y las chapas de acero. Con este material (pletinas de hierro y chapas), Carmelo hace el forjado, ajustando también los tornillos y muelles correspondientes. También utiliza la madera, si es necesario. De este minucioso trabajo, Carmelo Fernández saca una reproducciones que funcionan exactamente igual que si fueran a tamaño natural.
- EXPOSICIÓN ETI (Tudela, Navarra).
Artesanía Aperos Agrícolas y Carrozas,
Del 18 de febrero al 1 de marzo
- QUEJANA-KEXAA
Exposición artesanal de Carrozas, carros, Galeras y Aperos de labranza
Hotel Los Arcos de Quejana
Del 10 al 26 de Noviembre de 1995.
Patrocina: Caja Vital Kutxa
- EXPOSICIÓN: I Centenario nacimiento de Manuel García Sesma
Cooperativa San Raimundo, 2002.
- EXPOSICIÓN: I Centenario nacimiento de Manuel García Sesma
Plaza de los Ábsides, 2002.
- EXPOSICIÓN: CLAUSTRO DEL MONASTERIO DE FITERO
Organiza: Asociación de Amigos del Monasterio de Fitero. 2001.
Exposición colectiva: VI Certamen Cultural Caja Rural.
- EXPOSICIÓN: Artesanía. Aperos Agrícolas y Carrozas.
Rincón de Soto (La Rioja)
Del 2 al 9 de Agosto de 1992.
Patrocina: Ayuntamiento de Rincón de Soto (La Rioja)
- PUBLICIDAD: EL JUNCAL
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